CASTAÑAS EN ALMÍBAR
Mi abuelo paterno era gallego, de los que tuvieron que emigrar de su adorada tierra cuando era un chavalillo. Andaba ya por los 80 años el hombre y solo con oír la palabra "Galicia" se emocionaba hasta las lágrimas. Es increíble cómo son los gallegos con su tierra…
Yo sin embargo, me considero apátrida. He vivido en tantos sitios que a cualquiera de ellos le tengo cariño y me siento un poco de cada uno de ellos.
Todo esto sobre la procedencia viene a cuento de las castañas, que en casa de mis abuelos se comían con veneración gallega. Digo yo que mi vicio total y absoluto con ellas tiene que ser algo genético, atávico y por lo tanto bastante incontrolable.
Lo cierto es que ver castañas y tener que comprarlas o cogerlas si están en el campo, es todo uno.
Lo cierto es que ver castañas y tener que comprarlas o cogerlas si están en el campo, es todo uno.
Hoy os traigo la receta de las castañas en almíbar. Como de costumbre, hechas a mi manera lo más fácil y saludable posible. Os contaré que alguna vez también hice marrons glacés. ¿quién no lo ha intentado después de llorar con Ana Karenina? pero resultaron tan complicadas y laboriosas que nunca más.
Sin embargo así en almíbar son facilísimas y para mí, están más ricas que las glacé. Probad y veréis.
Explico dos formas. Con las dos quedan igual de ricas.
Explico dos formas. Con las dos quedan igual de ricas.
CASTAÑAS EN ALMÍBAR
INGREDIENTES
Para un kilo de castañas – 500g de azúcar – un litro de agua - una cucharada de café (el del desayuno) – una cucharadita de esencia de vainilla o una vaina de vainilla
ELABORACIÓN
Lavamos las castañas con agua fría.
Hay quien las deja sumergidas en agua durante un día para que vayan ablandando las pieles. Yo, como casi siempre ando con prisas no suelo hacerlo aunque me parece buena idea.
Ponemos en la cacerola donde vayamos a cocerlas después con el almíbar, el litro de agua, el azúcar la vainilla y el café. Revolvemos para que se disuelva el azúcar y la reservamos a fuego mínimo para ir introduciendo en ella las castañas a medida que las vayamos teniendo peladas y listas.
Si usamos vainilla en rama, ya sabemos que hay que abrirla al medio longitudinalmente (sin llegar a separar las partes) para que suelte el sabor y el aroma y que una vez usada, se puede lavar, secar y guardar para otra vez.
En otra cacerola amplia, vertemos abundante agua y la llevamos al fuego.
Les hacemos a las castañas una muesca o corte en la piel y cuando hierve el agua las introducimos en ella y dejamos que se escalden durante unos 15 minutos, después de lo cual, las vamos sacando para un recipiente con agua del tiempo para que no se sequen (y no nos abrasen las manos) y las vamos pelando enseguida valiéndonos de un cuchillito afilado. Las vamos sacando del agua hirviendo de pocas en pocas para que no se enfríen porque se pelarían peor.
Llegados a este punto, respiramos profundamente y nos cargamos de paciencia porque todos sabemos que lo de pelar castañas es algo laborioso y está reñido con las prisas aunque con este método no se hace mal del todo.
Este cocido previo podemos hacerlo también en la olla exprés.
Una vez peladas todas las castañas e introducidas en el almíbar, dejamos que cuezan durante unos 40 o 50 minutos o hasta que veamos que las castañas ya no están duras.
Por último, sacamos las castañas para tarros previamente esterilizados y las cubrimos con el almíbar resultante de cocerlas.
Tapamos los tarros y los cocemos durante unos 30 minutos al baño maría.
De esta forma, podemos conservarlas hasta 12 meses.
OTRA FORMA
Los ingredientes son los mismos; sólo cambia una parte de la elaboración.
Con esta segunda forma, las pelamos primero con alguno de los procedimientos conocidos (ver: Cómo pelar castañas fácilmente) y las cocemos ya peladas, primero en agua hirviendo con una pizca de sal durante unos 10 o 15 minutos o hasta que las veamos algo tiernas.
Después, las pasamos a la cacerola del almíbar y dejamos que sigan cociendo otros 10 o 15 minutos o hasta que las veamos tiernas. Hay que estar al tanto para retirarlas antes de que se deshagan y manejarlas con cuidado para que no se rompan. (Si se rompen están menos presentables pero no menos deliciosas)
Si al terminar la cocción el almíbar está muy ligero, se reduce un poco a fuego más vivo.
Están más ricas envasadas con su almíbar y consumidas pasado un cierto tiempo.
OTRA FORMA
Los ingredientes son los mismos; sólo cambia una parte de la elaboración.
Con esta segunda forma, las pelamos primero con alguno de los procedimientos conocidos (ver: Cómo pelar castañas fácilmente) y las cocemos ya peladas, primero en agua hirviendo con una pizca de sal durante unos 10 o 15 minutos o hasta que las veamos algo tiernas.
Después, las pasamos a la cacerola del almíbar y dejamos que sigan cociendo otros 10 o 15 minutos o hasta que las veamos tiernas. Hay que estar al tanto para retirarlas antes de que se deshagan y manejarlas con cuidado para que no se rompan. (Si se rompen están menos presentables pero no menos deliciosas)
Si al terminar la cocción el almíbar está muy ligero, se reduce un poco a fuego más vivo.
Están más ricas envasadas con su almíbar y consumidas pasado un cierto tiempo.
Cuando después de un par de meses abres un tarro y las pruebas, comprendes por qué una vez al año, merece la pena pasar una tarde entretenida con esto.
Comentarios
Este almibar ha de estar genial.
Un beso guapa ^__^
Un besete !!
Esta es una receta muy útil, sin lugar a dudas. Gracias por compartir estas pequeñas cosas.
Besitos.
Creo q por esta vez, no las alcanzaremos a guardar... Directo a la mesa!!
Gracias por la receta
Saludos desde Santiago de Chile!!
Besos.
Gracias
Un saludo.