Palometa con fritada
La fritada es un acompañamiento para carnes o pescados típica de La Rioja que se elabora a base de pimientos, tomates, ajos y cebollas.
Los pimientos pueden ser verdes o rojos como los que yo he utilizado hoy. En los dos casos queda muy sabrosa y jugosita.
La palometa es un pescado azul de carne tersa y sabor pronunciado. Admite muchísimas preparaciones pero para que quede realmente jugosa y despliegue todo su sabor, hay que cocinarla muy poco porque su tendencia, al igual que el bonito, es a quedar dura y seca en cuanto nos pasamos de cocción.
Para poder consumirla muy poco cocinada, sin correr riesgos a causa de anisakis o similares, lo mejor es congelarla previamente durante unos días.
INGREDIENTES
- Los lomos de una palometa.
- Una cucharada de harina.
- Un pimiento rojo (o dos verdes) cortado en cuadros o tiras.
- Una cebolla cortada en cuadros o medios aros.
- Un diente de ajo cortado en lonchas
- Un tomate rojos grande y maduro pelado (o unas cucharadas de salsa de tomate)
- Aceite, sal y pimienta (o unos aros de guindilla)
- Ponemos un chorro de aceite en una sartén al fuego e introducimos en ella los pimientos, la cebolla y el ajo troceados junto con la guindilla.
- Los salteamos un poco a fuego vivo; después, bajamos el fuego, dejamos que se haga durante unos 10 minutos y agregamos el tomate. Seguimos cocinándolo a fuego lento hasta que todo está bien tierno.
- Por último, retiramos la guindilla y lo sazonamos con sal y un poquito de pimienta.
- Cortamos en trozos los lomos de palometa, los salpimentamos y los enharinamos ligeramente.
- En sartén aparte, doramos con una cucharada de aceite los trozos de palometa y volcamos sobre ellos la fritada.
Comentarios
ES cierto que es muy agradable de sabor pero ese inconveniente determina el no comprarlo.
Normalmente un porcentaje muy alto, yo diría que el 95% está infectado, los pescadores dicen que no tiene peligro su consumo pero si es cierto que es desagradable ver ese gusano invadiendo todo el pez.
En algunas pescaderías aceptan el rechazo cuando el cliente dice de no quererlo.