Focaccia

 La focaccia es un pan de aceite de origen italiano cuya masa es parecida a la de la pizza, la coca catalana o la torta de aceite castellana pero que lleva además, especias y otros alimentos añadidos lo cual la convierte en un delicioso aperitivo o un acompañamiento extraordinario.

Recién hecha, crujiente por fuera y blanda y esponjosa por dentro, no tiene rival.

Esta es mi versión:

INGREDIENTES para 4 personas

  • 200 g de harina de trigo.
  • 100 g de agua tibia.
  • 1´5 g de levadura seca de panadería (cucharadita y media rasas de las de moka)
  • Una cucharadita rasa de las de moka, de azúcar.
  • Una cucharadita de sal.
  • Una cucharada de hierbas secas trituradas (he puesto tomillo, orégano y perejil mezclados) .
  • 2 cucharadas de aceite de oliva.

Además he añadido

  • Aros de cebolla salteados en aceite
  • Aceitunas cortadas en ruedas
  • Tomate fresco cortado en rodajas finas, 

Una de las hierbas típicas en la focaccia tradicional es el romero. Yo no lo pongo porque es un sabor que detesto pero a quien le guste, puede añadirlo o incluso usarlo solo.

ELABORACIÓN

Mezclamos la harina con la levadura, la sal, el azúcar y el agua y amasamos hasta mezclarlo todo bien.

Añadimos el aceite y seguimos amasando hasta conseguir una masa elástica que no se pega.

Hacemos una bola con la masa y la dejamos reposar en un recipiente aceitado, tapada con film de cocina o con un paño húmedo, durante 15 minutos.

Después de este pequeño reposo, ponemos un papel de hornear sobre una bandeja de horno, lo pincelamos de aceite y colocamos encima la masa que estiramos suavemente con las manos hasta tener una forma ovalada o redondeada de aproximadamente 2 centímetros de grosor.

Extendemos por encima la cebolla, el tomate y las aceitunas y la espolvoreamos con las hierbas secas.

La dejamos reposar durante unos 60 minutos. Un rato antes, encendemos el horno a 250ºC para que esté bien caliente.

La  introducimos en la parte inferior del horno con calor arriba y abajo y dejamos que cueza durante unos 20´o hasta que la veamos dorada.

La comemos caliente o tibia.

Una vez fría, también podemos congelarla


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