Coles de Bruselas
Son fuente muy importante de fibra, minerales (potasio, fósforo, hierro y yodo) y vitaminas A (ácido fólico), B y C.
Según nos explican, su inclusión en la dieta nos ayuda a prevenir algunas enfermedades y a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Cierto es que su aroma intenso y su sabor algo amargo, hacen que muchas personas se retraigan con su consumo pero si hacemos caso de lo que nos aconsejan, conviene hacer un pequeño esfuerzo y acostumbrarse a consumirlas.
Yo las preparo casi siempre igual y las utilizo indistintamente como primer plato o como acompañamiento o guarnición.
COLES DE BRUSELAS
INGREDIENTES
- Coles de Bruselas
- Dientes de ajo pelados y fileteados
- Pimienta de Cayena
- Aceite de oliva
ELABORACIÓN
- Les elimino el tallo que suelen traer y les retiro las dos o tres hojita más exteriores.
- Las lavo muy bien con agua fría.
- Las cuezo al dente (justo lo imprescindible) con un poquito de agua hirviendo. Las escurro y las reservo.
El cocerlas justo lo necesario y no más, tiene como objeto que las vitaminas que portan se deterioren lo menos posible.
También tengo comprobado (aunque desconozco la razón científica) que cocidas así al dente, producen menos gases o molestias intestinales.
- Pongo en una sartén un poco de aceite junto con los ajos laminados y la guindilla, lo llevo al fuego y doro los ajos ligeramente.
Los ajos no han de dorarse en exceso para que no adquieran sabor amargo.
- Añado enseguida las coles y a fuego suave, dejo que se confiten un poco en el aceite y absorban los sabores del ajo y la guindilla.
- Podemos añadirles un poco de sal.
* Son un acompañamiento ideal de carnes y también de pescados.
* Primero cocidas y luego rebozadas en harina y huevo, sirven de aperitivo y como ingrediente en una menestra.
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