BACALAO CON CEBOLLA Y TOMATE

El bacalao en salazón constituyó en los duros años de la posguerra española casi el único pescado al que tenía acceso la gente humilde. Era barato y se conservaba sin problemas por lo que llegaba a todos los rincones. De ahí que la cocina popular española esté repleta de recetas con bacalao.

Hoy día las cosas han cambiado y el precio del bacalao se ha puesto por las nubes con lo que ha dejado de estar considerado un plato pobre y los cocineros de moda prueban nuevas recetas con él como protagonista.

Esta receta que yo subo hoy es de las de toda la vida. Es de una sencillez insuperable y está muy bueno, mucho más al día siguiente o a los dos días por lo que merece la pena hacer cantidad para ahorrar tiempo y repetir plato durante la semana

BACALAO CON CEBOLLA Y TOMATE

INGREDIENTES para dos personas

• 6 trozos de bacalao desalado previamente.
• 1 cebolla.
• 3 dientes de ajo.
• 1 tarro de salsa de tomate.
• 1 cucharadita de pimentón.
• 1 guindilla de cayena,  sal y aceite.

ELABORACIÓN:

Necesitamos dos sartenes o rustideras.
En una ponemos un chorro de aceite y sofreímos en ella cebolla abundante partida en cuadritos.

Cuando la cebolla está blanda, le añadimos la salsa de tomate y el pimentón. Lo sazonamos y lo dejamos a fuego suave.

En la otra sartén ponemos otro chorro de aceite y freímos en ella varios ajos en lonchas y la guindilla.

Cuando los ajos empiezan a dorarse, la apartamos del fuego, retiramos la guindilla y dejamos que se temple el aceite.
Incorporamos entonces las tajadas de bacalao con la piel hacia arriba y lo confitamos (lo hacemos a fuego mínimo) durante unos minutos; luego le damos la vuelta para que se haga por los dos lados.


Sólo queda volcar sobre el bacalao la salsa de la otra sartén, darle unos meneos para que se mezcle bien y dejar al fuego suave otro par de minutos.

Hay quien prefiere pasar la salsa por el pasapurés. Cuestión de gustos.

Este plato está mucho más rico recalentado, de un día para otro.

Le queda muy bien un buen espolvoreado de perejil picado al momento de servirlo.

* A mi me gusta desalar por completo el bacalao, de forma que no le quede nada de sal y luego sazonarlo como cualquier otro plato. Para desalarlo, lo lavo quitándole bien toda la sal que trae suelta y luego, lo tengo sumergido en abundante agua fría, cambiándole el agua cada 12 horas, hasta tres veces.