CÓMO ASAR PIMIENTOS MUY FÁCILMENTE EN EL HORNO DE CASA

Pimientos asados en el horno

Es tan sencillo y quedan tan buenos que merece la pena vencer la pereza y ponerse a ello.
A veces se leen cosas muy complicadas pero veréis que no puede ser más fácil.

Aquí en España se aproxima el momento en que mejores y más baratos se encuentran pero sea la época del año que sea, hoy día siempre los hay en el mercado y por caros que estén, salen mejor que los enlatados y desde luego ¡ni comparación de ricos!

INGREDIENTES

Pimientos rojos carnosos (todos los que quepan en la bandeja del horno) - aceite de oliva (u otra)

ELABORACIÓN

Encendemos el horno para precalentarlo. Yo utilizo la función turbo-grill con la que el horno se calienta a 180º y se activa al mismo tiempo el grill.

Lavamos los pimientos enteros, con rabo incluido y los secamos con un paño de cocina.
Los colocamos sobre la bandeja del horno.
Los rociamos con un poquito de aceite y los pincelamos por todas partes con ella.


Introducimos la bandeja en el horno precalentado colocándola a unos 10cm de distancia del grill.

Programamos media hora de horno. A la mitad de tiempo les damos la vuelta para que se asen igual por todas partes.

Pasado ese tiempo, observamos si ya están pues dependiendo de la variedad y del horno pueden necesitarse unos minutos más o menos.

Apagamos el horno y dejamos la bandeja dentro con la puerta cerrada hasta que los pimientos se templen un poco y sea posible manejarlos sin quemarse.
Una vez templados, los sacamos y los pelamos, operación que se realizará fácilmente Con unos guantes de usar y tirar y sobre la propia bandeja.


Abrimos los pimientos, retiramos el rabo con el corazón, las semillas y la piel exterior. Pasamos la carne ya limpia en tiras a un recipiente.
Si los queremos enteros para rellenar, recortamos con un cuchillito un círculo alrededor del rabo y tiramos de éste con cuidado de que no se rompan.

Una vez limpios y pelados todos ellos, colamos el líquido que soltaron en la bandeja y lo añadimos al recipiente junto con los pimientos.


Si no los vamos a consumir enseguida, los guardamos una vez fríos, en un recipiente hermético, los cubrimos con medio centímetro de aceite, añadimos 5 o 6 granos de pimienta negra  y los recogemos en el frigorífico. Así se nos conservarán durante unos pocos días.

También podemos conservarlos durante más tiempo congelándolos o guardándolos en tarros herméticos esterilizados al baño maría (ver: Conservas caseras). Si elegimos esta opción, debemos hacerlo meticulosamente para no correr ningún riesgo.

Comentarios

Milia ha dicho que…
Es algo que preparo durante todo el año, en casa somos muy pimenteros... los de temporada están mucho más sabrosos, pero hay años, este ha sido uno, que los encuentro bastante buenos así que a disfrutar de este rico rojillo.
Biquiños y feliz semana
OTRO DÍA PERFECTO ha dicho que…
Buena receta la que nos traes hoy. Yo ahora los estoy preparando mucho para comerlos en ensalada. Están riquísimos!! Qué bien que compartes la forma de conservarlos, siempre intento preparar cantidad pensando en conservarlos pero al final los consumimos antes. A ver si un día me animo.
Un beso grande!!
Norma2 ha dicho que…
Cómo me gustan! con aceite y ajo buenísimos!
Besos Lidia, hoy desde
http://siempreseraprimavera.blogspot.com.ar/2016/06/se-prohibe-el-kinder-sorpresa.html